Más Rápido que la Luz
Por Hugo Gernsback
Por Hugo Gernsback
En este artículo Gernsback explica la postura de Nikola Tesla y su oposición a la teoría de que las velocidades hiperlumínicas son imposibles. Publicado originalmente por Everyday Science and Mechanics, Volúmen 2, Número 12, de noviembre de 1931.
Fuente: Pepe's Tesla Pages, www.tesla.hu.
Podría resultar chocante, a la mayoría de los estudiantes de ciencia, aprender que en el mundo todavía existen científicos que creen que hay velocidades más altas que la de la luz. Desde el advenimiento de Einstein, la mayoría de los científicos y físicos han dado por hecho que las velocidades superiores a 186.300 millas por segundo son imposibles en el universo. De hecho, uno de los principales pilares de la teoría de la relatividad es que la masa de un cuerpo se incrementa con la velocidad, y que sería infinita a la velocidad de la luz. Por lo tanto, una velocidad superior es imposible.
Entre quienes niegan que eso sea verdad, se encuentra Nikola Tesla, bien conocido por sus cientos de importantes inventos. El motor de inducción y el sistema de distribución de corriente alterna son sólo unos cuantos de sus grandes contribuciones a la ciencia moderna. En 1892, hizo sus históricos experimentos en Colorado, en donde manufacturó, por primera vez, rayos artificiales de 100 pies de longitud, y en donde fue capaz, por medio del uso de corrientes de alta frecuencia, encender lámparas eléctricas a una distancia de tres millas sin el uso de ningún alambre.
Acerca de estos experimentos, el Dr. Tesla reveló que hizo un número de sorprendentes descubrimientos en el campo de la alta frecuencia eléctrica y que en el curso de estos experimentos, se había convencido de que él propagaba esas frecuencias a velocidades superiores a la velocidad de la luz.
En su patente número 787.412, solicitada el 16 de mayo de 1900, Tesla mostró que la corriente de su transmisor pasaba sobre la superficie de la Tierra con una velocidad de 292.830 millas por segundo, mientras que las ondas de radio avanzaban a la velocidad de la luz. Sin embargo, Tesla sostiene que nuestras actuales ondas de "radio" no son en realidad ondas hertzianas, sino meramente ondas de sonido. Más aún, que él conoce velocidades varias veces más altas que la de la luz, y que él ha diseñado aparatos con los cuales espera proyectar los llamados "electrones" con una velocidad igual al doble de la de la luz.
Viniendo de tan eminente fuente, tal aseveración debería recibir la consideración apropiada. Después de todo, las matemáticas abstractas son una cosa, y la experimentación real es otra. No hace muchos años, uno de los más grandes científicos del mundo demostró, matemáticamente, que es imposible hacer volar una máquina más pesada que el aire. Sin embargo, hoy en día volamos muchos aeroplanos.
Tesla contradice una parte de la teoría de la relatividad enfáticamente, sosteniendo que la masa es inalterable, de modo contrario, la energía podría producirse de la nada, debido a que la energía cinética adquirida en la caída libre de un cuerpo sería mayor que la necesaria para elevarlo a una velocidad baja.
Está dentro de los límites de lo posible que las matemáticas de Einstein de velocidades superiores a la de la luz pudieran estar incorrectas. Tesla ha estado en lo cierto muchas veces en el pasado, y puede ser que en el futuro se demuestre que tiene razón. En cualquier caso, la aseveración de que existen velocidades mayores a la de la luz es tremenda, y abre perspectivas enteramente nuevas a la ciencia.
Mientras muchos científicos creen, hoy en día, que la fuerza de gravedad es solamente otra manifestación de las ondas electromagnéticas, hasta ahora, no existen pruebas de esto. Existen, por supuesto, muchas cosas oscuras acerca de la gravitación que hasta ahora no hemos aclarado.
En alguna ocasión muchos científicos creían que la velocidad de la gravedad era instantánea a través del universo. Esta es sencillamente otra forma de decir que existen velocidades mayores a la de la luz.
Aún así, desde un punto de vista puramente científico, nadie hasta ahora tiene una idea de qué tan rápido viajan las ondas gravitacionales, suponiendo siempre que tal fuerza está hecha de ondas. Si la luna, por ejemplo, explotara en algún momento, ¿cuánto tiempo transcurriría antes de que la perturbación gravitacional se sintiera en la Tierra ? ¿Viajaría el impulso gravitaconal o sus ondas a la velocidad de la luz, es decir, a 186.000 millas por segundo, o el efecto sería instantáneo? No lo sabemos.
El tema entero sin duda levantará tremendo interés en los círculos científicos. Se espera que otros científicos se animen a investigar las avanzadas expresiones del Dr. Tesla, ya sea para probarlas o para desaprobarlas.
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