14/1/18

La Deformación Craneal (I)

                              Diosa durmiente de Hal Saflienti

En el yacimiento megalítico de Tarxien (Malta), en 1.912 se descubrieron cráneos alargados en un pozo sagrado o templo subterráneo, el Hipogeo Hal Saflienti que se remonta a 5.000 años a.C.
Los expertos consideran que el hipogeo estaba dedicado a una Diosa Madre, en el mismo lugar se encontró una pequeña estatua de una diosa dormida en la que estaba grabado el dibujo de una serpiente. Hay que recordar que la serpiente está históricamente asociada a la salud y la medicina. También la serpiente simboliza el mundo subterráneo en las culturas antiguas.

Las islas de Malta y Gozo fueron asentamientos muy importantes desde tiempos prehistóricos, lugares donde se efectuaban rituales de sanación y donde los oráculos y sacerdotes efectuaban sus ceremonias en honor a la diosa a la que se le atribuían poderes curativos como expresión directa de su divinidad. En ambas islas, se hallan restos de santuarios y lugares de culto curativo. Todo parece indicar que en este lugar desarrollaron sus actividades una casta sacerdotal que tenía como símbolo a la serpiente y por ello eran conocidos como los “sacerdotes de la serpiente”.

Una parte de los 7.000 esqueletos hallados en la excavación de Hal Saflienti, y examinados por Themistocles Zammit en 1.921, presenta deformaciones craneales realizadas artificialmente. Las calaveras que examinó el equipo de periodistas están fechadas en el 2.500 a.C. (pero su antigüedad puede ser incluso mayor), una fecha en la cual la historia megalítica de Malta termina, iniciando un período de oscuridad histórica y la ausencia de población que durará aproximadamente 300 años, hasta la llegada de los Fenicios.

Los Fenicios hicieron de Malta un puesto avanzado en el Mediterráneo. También erigieron templos a la Diosa Madre Astarté, una asimilación fenicia de la diosa mesopotámica que representaba el culto a la madre naturaleza, la vida y la fertilidad y en cuya simbología aparecen también las serpientes. Es como si los fenicios fueran los continuadores de una tradición interrumpida.

Lo que ocurrió en Malta se refleja también en Egipto. Si vemos el Tratado Fenicio de agricultura de Magón, de 28 libros (originales perdidos), hallamos varias referencias a las abejas y a sus plagas. Es curioso que en el Bajo Egipto, el símbolo del Faraón sea una abeja, y que el nombre antiguo de Malta sea “Melita”. El símbolo de Malta fue también una abeja y sus celdas hexagonales. 
Los griegos llamaron a la isla Melite que significaba 'dulce como la miel', debido probablemente a la calidad de la miel producida por las abejas del archipiélago, en Malta hay especies endémicas de estos insectos, razón por la cual se la llama "tierra de la miel". Los romanos continuaron llamándola Melita.
Otra etimología tiene como referencia la palabra fenicia Maleth, que significa 'refugio', debido a la gran cantidad de bahías y de ensenadas en el litoral de la isla.

Es conocido que en el Imperio Nuevo egipcio, la miel se usaba como elemento de pago de expediciones militares o comerciales y como tributo a mandatarios, tal como aparece en los Anales de Tutmosis III, en los que se citan 470 jarras de miel de Djahi (Fenicia) y 264 de Retenu (nombre egipcio de Canaán, la actual región de Palestina y Siria, que se extendía desde Tjaru a Mitani), o también como tributo a mandatarios aparece en la Tumba de Rekmire en Tebas (s. XV a.C.), documento que nos asevera la producción apícola entre los fenicios y su estima, y que corrobora Ezequiel en su profecía contra Tiro (27, 12-25).

Es una coincidencia interesante que en Egipto, los Shemsu Hor fueran los guardianes de la religión que adoraba al Dios Sol y aún hoy en Malta el sol es llamado “Shem-shi”. “Shem” es una palabra de origen acadio, no egipcio, derivado del término babilónico utilizado para denominar el Sol, que es “Shamash”. Esto probaría que los Shemsu Hor pudieron tener su origen en la zona denominada de la media luna fértil (la antigua Mesopotamia, zona comprendida entre los ríos Tigris y Eufrates, en el actual Irak).
Otra correlación es el hecho que esta casta sacerdotal de cráneos alargados despareció tanto de Egipto como en Malta en el mismo período, es decir, hacia el 3.000 y 2.500 a.C.
Un tercer núcleo de esta raza estaba presente en la zona del Eufrates, formando parte de una población conocida como Mithans, que los egipcios llamaban Naharin (“los de la serpiente” de “nahash”, serpiente). Los Mithans, que ocuparon una parte de la zona del actual Kurdistán, pertenecieron al pueblo de Abraham y su descripción es idéntica a los Shemsu Hor .

La tradición del culto a la serpiente se origina en Oriente Medio, en la zona central del Kurdistán, donde hacia el 5.000 a.C. la cultura matriarcal de Jarmo representó a las diosas madre como divinidades con cara de víboras y cabezas alargadas. Estas divinidades fueron asociadas a los “ángeles caídos” o Nephelims que son más explictamente citados en el “Testamento de Amran” perteneciente a los rollos de Qumran, en el cual está escrito:
Uno de ellos era de aspecto aterrador, como una serpiente y su manto era multicolor y también su cara era la de una víbora y también lo eran sus ojos”

Se trata, en nuestra opinión, no de divinidades propiamente dichas, sino de individuos pertenecientes a un grupo de sacerdotes o chamanes que pertenecían a un sistema cultural muy desarrollado y profundo, que tenían relaciones con la sociedad mucho menos desarrollada de aquella época. Los miembros de esta raza fueron considerados como semi-dioses por los conocimientos que poseían, igual que sucedió en Egipto con los Shemsu Hor.

Idénticas estatuas simbolizando diosas madre con aspecto de víbora se encuentran en la tierra del Nilo, que datan exactamente del periodo arcaico de los Shemsu Hor. Por tanto, se puede concluir que estos sacerdotes del culto a la serpiente pertenecían a una raza más antigua y que fueron los primeros en ocupar la zona de la media luna fértil (en particular Anatolia y Kurdistán) y Egipto (siguiendo las migraciones que se remontan hacia el 6.000-4.000 a.C.) hasta llegar a Malta para desaparecer alrededor del 2.500 a.C., pero esta cultura sobrevivió en Oriente Medio y probablemente uno de ellos fue uno de los faraones más notables y misteriosos de Egipto, el faraón Akenatón.

Los cráneos de las esculturas de la dinastía Amarniana, y los cráneos de Malta resultan ser prácticamente idénticos, un hecho no casual, confirmado por las pruebas con rayos X a la que se sometió al cráneo de Tutankamon, el hijo de Akenatón, que mostró también un cráneo dolicocéfalo. Básicamente los cráneos malteses son reliquias que los arqueólogos no acaban de entender, de una raza sacerdotal que en Egipto y Malta sobrevivieron desde tiempos arcaicos hasta el 2.500 a.C. Se trata de una casta que creó el sustrato espiritual y religioso que caracterizó a las más grandes civilizaciones del Mundo Antiguo. Esta casta continuó en Oriente Medio y de algún modo reapareció en Egipto alrededor de 1.351 a.C. a través de la herejía del faraón Akenatón que instauró la reforma religiosa que tenía por objeto restaurar el antiguo orden.

Continuará...

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