6/6/17

Ruta de la Seda (IV)

Tamerlan o Timur (nombre original que significa hierro) nació el 10 de Abril de 1.336 en Kesh, un lugar próximo a Samarkanda enclavado en el antiguo kanato de Chagatai (actual Uzbekistán). Tamerlan pertenecía al clan de los Barlas, un linaje de etnia mongola, aunque de cultura islámica, muy arraigado desde tiempos ancestrales en aquella geografía. Se proclamó heredero y continuador de Gengis Kan. Creó un gran ejército con el que se lanzó a la conquista de Asia, liberó de peligros la Ruta de la Seda y promulgó leyes que mejoraron la vida de sus súbditos. Fue uno de los más grandes conquistadores mongoles, sus dominios abarcaron ocho millones de kilómetros cuadrados en un tiempo cubierto por la guerra y la destrucción, pero también por un magnífico esplendor cultural y comercial, auspiciado por su mecenazgo.

Un siglo después de los viajes de Marco Polo en la ruta de la seda, el embajador del rey castellano Enrique III, Ruy González de Clavijo llegó a Samarkanda, un barrio de la ciudad recibe el nombre de "Madrid" en honor a esta expedición. En su libro “La ruta de Samarkanda”, dice que partió del Puerto de Santa María el 22 de Mayo de 1.403, en compañía de un fraile y un escudero, y tras pasar por Rodas, Constantinopla y Trebisonda (ciudad de Turquía situada junto al Mar Negro), desembarcó para proseguir el viaje por tierra a través de Turquía, Irak e Irán, llegando a Samarkanda en Septiembre de 1.404, viendo partir a Amir Timur (Tamerlan) en su campaña contra China, en la que perdió la vida. Tras su muerte, los presentes que González de Clavijo le había llevado fueron confiscados en la lucha interna por el poder, y finalmente la embajada castellana resultó un fracaso.
Clavijo emprende el viaje de vuelta y llega a Castilla en Marzo de 1.406, estableciéndose en Madrid, donde murió, si bien antes escribió su viaje bajo el título “Embajada a Tamorlán” (así llamaba a Tamerlan), una de las joyas de la literatura medieval castellana, comparable a “El libro de las Maravillas” esrito por Marco Polo.

La ruta de la seda dejó de servir como ruta marítima de la seda alrededor de 1.453, con la supremacía otomana de Constantinopla. Los gobernantes otomanos de la época eran antioccidentales, luchando contra los cruzados y conscientes de la pérdida de Andalucía, por lo que expresaron su descontento embargando el comercio con el oeste. Las cosas se aliviaron un poco casi un siglo más tarde, cuando Venecia fue capaz de cortar un trato difícil con los otomanos, recobrando por un tiempo parte de su peso económico como intermediarios.

La desaparición de la Ruta de la Seda tras el fin del reinado de los mongoles fue uno de los principales factores que estimularon la búsqueda de nuevas rutas hasta el próspero Imperio chino por parte de potencias europeas, sobre todo por vía marítima. Se esperaban grandes beneficios de la relación comercial directa con Asia. Este fue el principal factor que impulsó las exploraciones portuguesas del océano Índico, incluyendo el mar de China, dando lugar a la llegada del primer barco mercante europeo a las costas de China en 1.513, bajo el mando de Jorge Álvares y Rafael Perestrello, seguido por la misión diplomática y comercial de 1.517 encomendada a Fernão Pires de Andrade y Tomé Pires, por Manuel I de Portugal, la cual inauguró formalmente las relaciones entre el Imperio portugués y la dinastía Ming durante el reinado del emperador Zhengde. La entrega de Macao a Portugal en 1.557 por el emperador de China (como recompensa por los servicios prestados contra los piratas que infestaban el mar de China Meridional) dio lugar al primer puesto comercial y marítimo europeo permanente entre Europa y China. Otras potencias europeas seguirían su ejemplo en los próximos siglos, lo que porovocó la eventual desaparición de la Ruta de la Seda.

El viaje de descubrimiento de Cristóbal Colón en 1.492 tenía como objetivo buscar una ruta comercial alternativa a China, desde España a través del Atlántico. Hasta unos años después del descubrimiento de América, se pensó que la expedición de Colón había llegado al continente asiático. No fue hasta el descubrimiento del océano Pacífico por el español Vasco Núñez de Balboa (tras cruzar el istmo de Panamá) en 1.513, que cartógrafos y navegantes supieron que América era un Nuevo Mundo situado entre Europa y Asia.
La búsqueda de una ruta marítima a China se retomó unos años más tarde, con la expedición de Magallanes y Elcano de 1.519 a 1.522, al cruzar el Pacífico y dar la vuelta al mundo. Con el descubrimiento del 'tornaviaje', o ruta de regreso de Filipinas a México a través del Pacífico, a cargo de Andrés de Urdaneta en 1.565, se estableció la ruta del Galeón de Manila, la primera en cruzar regularmente el Pacífico en ambas direcciones, concretamente entre la Capitanía General de Filipinas y la Nueva España. Esta ruta a su vez enlazaba por tierra (a través de México) con la ruta de las Flotas de Indias que unían América y España a través del Atlántico, creándose así una gran ruta combinada de alcance mundial, entre Asia y España, que duró desde 1.565 hasta principios del siglo XIX. Esta gran ruta española es también uno de los primeros ejemplos de mundialización o globalización.

En 1.594, Willem Barents dejó Amsterdam con dos barcos para buscar el pasaje del Noreste al norte de Siberia, en el extremo este de Asia. Llegó a la costa occidental de Nueva Zembla y la siguió hacia el norte, siendo finalmente obligado a dar marcha atrás cuando confrontó su extremo norte. A finales del siglo XVII, los rusos restablecieron una ruta comercial terrestre entre Europa y China bajo el nombre de la Gran carretera siberiana.


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