15/4/18

La Serpiente Maya


Según el Libro de los antiguos Mayas, seres de otros mundos crearon al ser humano. El libro está compuesto por una serie de relatos que tratan de explicar entre otras temáticas el origen del mundo, de la civilización, de diversos fenómenos que ocurren en la naturaleza, etc.

Los creadores de la humanidad son mencionados en el Popol Vuh como el Creador, el Antiguo, el Dominador y la Serpiente Emplumada, ...«Ellos que engendran, Ellos que dan la existencia, cerniéndose sobre el agua como una luz al amanecer».
Originalmente se pensaba que los antepasados mayas utilizaban el término Ellos cuando intentaban hablar de los creadores de la humanidad (dioses, seres celestiales). Relatan cómo todo llegó a ser, y a través de estas líneas del Popol Vuh, podemos apreciar la supuesta influencia que tuvieron Ellos en la creación del hombre. De este modo, al leer el capítulo uno del libro encontramos lo siguiente:

«Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz (Serpiente Emplumada). De grandes sabios, grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nombre de Dios.
Así contaban: Llegó aquí entonces la palabra, vinieron junto con Tepeu (el Dominador) y Gucumatz (la Serpiente Emplumada), en la oscuridad de la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre. Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá Huracán (El Relámpago). El segundo es Chipi-Caculhá (El Surco del Relámpago). El tercero es Raxa-Caculhá (El Rayo que Golpea). Y estos tres son el Corazón del Cielo.»

Es interesante señalar que el Creador, el Antiguo, el Dominador y la Serpiente Emplumada no sólo crearon al hombre, sino que además:
«Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra.
¡Tierra!, dijeron, y al instante fue hecha. Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las montañas. Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipreses y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo: ¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá! ...Nuestra obra, nuestra creación será terminada, contestaron. La tierra entonces fue cubierta con las diversas formas de vida animal.
El Creador y el Antiguo dice a los animales: Decid pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros. Pero ¡los animales no podían hablar como el hombre!. Entonces dijeron sus autores: Nuestra gloria aún no es perfecta, ya que vosotros no podréis invocarnos. Guaridas y alimentos tendréis, pero en cuanto a tu carne, se comerá. Este es tu destino.»

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