24/9/18

Las Serpientes Tenten y CaiCai


Tenten-Vilu y Caicai-Vilu (en mapudungun, Trengtreng Filu y Kaykay Filu), son seres de la mitología mapuche “gente de la tierra” (mapu “tierra”; che “gente”).
La apariencia de Caicai es de un ser mitad culebra y mitad pez; y la apariencia de Tenten, es de una culebra gigante.

Son seres poderosos con forma de míticas serpientes (“filu” en mapudungun). Caicai-Vilu es la "serpiente marina" que tiene el poder para dominar el mar y todo lo relacionado con él y Tenten-Vilu es la "serpiente terrestre" que tiene poder para dominar la tierra, y sus volcanes.

La tradición mapuche dice que en la antigüedad el territorio insular de Chiloé habría sido una única franja de tierra plana unida completamente al territorio continental de Chile. Un día apareció una serpiente monstruosa, Caicai Vilu, e inundó las tierras bajas, valles y montañas, sumergiendo toda la flora y la fauna. Sin demora, Tenten Vilu comenzó un enfrentamiento con su enemigo, elevando la tierra y protegiendo a sus habitantes del desastre. La batalla persistió un largo tiempo. Tenten Vilu alcanzó una victoria costosa, ganó la batalla, pero fue incapaz de restaurar la tierra a su estado primitivo, dejándola en la forma desmembrada que todavía tiene hoy día.

La batalla que protagonizan Trengtreng filu y Kaykay filu, se halla inscrita en un contexto más amplio, determinado por una guerra en la que se enfrentaron todos los pillán.
El pillán más poderoso de todos, Antü (el Sol), decidió casarse con Küyen (la Luna), desencadenando con ello la envidia de muchas wangülen (estrellas). Algunos pillán, quienes anhelaban desde hacía tiempo el poder de Antü, no dudaron en aprovecharse de la situación para confabularse en su contra; entre ellos se encontraba Peripillán, quien se puso al frente de este bando.
Así dio comienzo una guerra en la que todos los pillán se enfrentaron entre sí, optando por uno u otro bando.
El pillán puede ser definido como un tipo particular de espíritu. Existen dos tipos de pillán: los “pillán de antepasados” que son de procedencia humana, y los llamados “pillán antiguos”, quienes existen con anterioridad a la humanidad y a los que se hace referencia en el relato.

Las madres de Antü y Peripillán, al ver a sus hijos destrozados contra la mapu (tierra) y sepultados por los montes, lloraron tanto tan desconsoladamente, que Puam (el alma universal) se apiadó de ellas y decidió restaurar la vida en los cuerpos inertes de Antü y Peripillán, imponiéndoles como castigo por sus actos una nueva forma corporea con la que deberían convivir. De esta manera, el descendiente de Peripillán fue transformado en la serpiente CaiCai y el hijo de Antü en la serpiente Tenten, las cuales prosiguieron su lucha sobre la mapu.

La guerra duró tanto tiempo, que los hijos de Antü y Peripillán, dos poderosos gigantes, alcanzaron la adultez y se unieron a la lucha. Estos creyeron que había llegado la hora de desbancar en el poder a sus padres para liderar ellos mismos la guerra, ante tal acto de insolencia, Antü y Peripillán decidieron castigar severamente a sus hijos arrojándolos violentamente contra la mapu.

Ambas serpientes serían adversarias, así como fueron adversarios Antü y Peripillán.
Caicai fue enviada a vivir en el mar para ayudar a cuidarlo junto a los Ngen-ko, y Tenten a vivir en la tierra para ayudar a cuidarla junto a los demás Ngen, y para ayudar a los seres humanos.
Estas dos culebras son como un instrumento a través del cual también se cumple la voluntad de los antiguos espíritus mapuche.

Se dice que cuando Caicai despertó de su gran sueño de varios años, a causa del desagradecimiento que tuvieron los hombres por todo lo dado por el mar, Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó a inundar y crear un diluvio en todo el territorio; ya que tenía el deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo del mar.

Al ver Tenten, que los habitantes y animales estaban desesperados y que los hombres la invocaron, y por órdenes de su padre, ella era quien debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para que escaparan volando; a los que se ahogaban en peces y mamíferos marinos (siendo uno de ellos el origen del cahuelche), y a los ahogados en Sumpall.
Los seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se habrían transformado en mankial. Pero como el mar seguía subiendo de nivel, Tenten tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de altura para contrarrestar el poder de Caicai.

Cai-cai empezó a luchar contra Tenten en una titánica batalla que duró mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual Tenten venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra, sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo; con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
En los alrededores de cada comunidad mapuche hay un cerro considerado Tengteng, es decir, el lugar en que vivía la serpiente de la tierra y en el que se refugió la vida terrestre durante el cataclismo.

Según la tradición chilota, Caicai se conformó con la porción de tierra obtenida que logró inundar, y delegó sus funciones marinas al gran Millalobo.
Según la tradición mapuche, después del cataclismo, todos siguieron su vida tranquila; hasta que un día Tenten se encolerizó por la actitud que tenían los hombres, e hizo que todos los volcanes entraran en erupción y la población tuvo que mudarse a otros lugares más seguros. Desde ese momento, Tenten continúa manifestándose mediante temblores, terremotos y erupciones volcánicas, mientras que Caicai causa los maremotos e inundaciones cuando se revuelve en medio de su sueño.

En las últimas décadas del siglo XX Tenten-Vilu y Caicai-Vilu fueron también introducidos en la mitología chilota.
En Argentina existen otras versiones posteriores del mito, las cuales cambian a los padres originales de ambas serpientes míticas, indicando que serían hermanos o hijos de los dioses Nguenechen (Ngenechén) y Kushe (Kuyén Kushe).

Fuentes: Wikipedia
Historia del pueblo mapuche. J. Bengoa Cabello

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