La teoría de los 2
cerebros: izquierdo y derecho.
Desarrollada
por Roger W. Sperry, neurofisiologista famoso por sus trabajos sobre las conexiones entre los hemisferios cerebrales, lo
que le valió un Premio Nobel de medicina en 1981. Su teoría describe, en
particular, el rol singular de cada hemisferio cerebral en la percepción de la
lengua y el espacio, en el reconocimiento del rostro, los juicios de valor, el
razonamiento o afectividad.
“Nuestro sistema educativo, así como la ciencia en general, tiende a descuidar la forma no verbal del intelecto. Lo que equivale a decir que la sociedad moderna hace una discriminación del hemisferio derecho.”
Los dos hemisferios del cerebro tratan diferentemente pero de manera complementaria la información. No se puede decir que uno de los tratamientos sea superior al otro. Uno y otro son necesarios para pensar eficazmente. Dada la importancia de estas dos maneras de pensar, se podría suponer que uno y otro están incluidos en nuestro sistema educativo, desgraciadamente, no es el caso. El cerebro tiene dos hemisferios, pero a menudo el sistema educativo funciona como si tuviera uno solo. Los dos son inseparables para un desarrollo armonioso del espíritu y el cuerpo.
“Nuestro sistema educativo, así como la ciencia en general, tiende a descuidar la forma no verbal del intelecto. Lo que equivale a decir que la sociedad moderna hace una discriminación del hemisferio derecho.”
Los dos hemisferios del cerebro tratan diferentemente pero de manera complementaria la información. No se puede decir que uno de los tratamientos sea superior al otro. Uno y otro son necesarios para pensar eficazmente. Dada la importancia de estas dos maneras de pensar, se podría suponer que uno y otro están incluidos en nuestro sistema educativo, desgraciadamente, no es el caso. El cerebro tiene dos hemisferios, pero a menudo el sistema educativo funciona como si tuviera uno solo. Los dos son inseparables para un desarrollo armonioso del espíritu y el cuerpo.
Roger
W. Sperry.
Hemisferio derecho
Mano izquierda
Conocimientos musicales
Formas tridimensionales
Conocimientos artísticos
Perspicacia
Imaginación
Hemisferio izquierdo
Mano derecha
Lenguaje hablado
Habilidades numéricas
Lenguaje escrito
Habilidades científicas
Razonamiento
La
teoría de los 3 cerebros o cerebro triuno.
Desarrollada por Paul MacLean en 1970, esta visión de la organización
neuroanatómica no es una afirmación científica sino una herramienta teórica. Conviven
en nosotros tres cerebros diferentes, cada uno con una misión, cada uno
aparecido en un momento de la evolución diferente, debemos aprender a
gestionarlos bien para que cada uno cumpla su papel sin extralimitarse en sus
funciones.
El primero que apareció en la evolución es el cerebro Reptil. Este cerebro se encarga de los instintos básicos de la supervivencia (el deseo sexual, la búsqueda de comida y las respuestas agresivas tipo “pelea-o-huye”). Está continuamente en alerta, y es el que nos permite reaccionar rápidamente ante algo que puede resultar una amenaza (un coche que se acerca y nos va a pillar) o que él detecta como una amenaza (un jefe que no nos cae bien).
A continuación, apareció (rodeando al anterior), el cerebro Límbico, también llamado Cerebro Emocional. Aquí están los centros de la afectividad y es el que nos permite sentir y experimentar las emociones (tanto las positivas: alegría, gozar de la naturaleza, etc., como las negativas: temor, ansiedad, etc.). En este cerebro está también la memoria, que nos permite acumular información de las experiencias y ejerce gran influencia sobre nuestro comportamiento.
Y no hace más de un millón de años, apareció el cerebro Neocortical: los dos hemisferios cerebrales, que controla las funciones del pensamiento y el lenguaje y básicamente lo que nos permiten es sacar conclusiones y luego actuar sobre ellas mediante la toma de decisiones. Es el cerebro racional.
Estos tres cerebros coexisten en nosotros. Uno de los autores que más ha investigado sobrela Inteligencia Emocional ,
Daniel Goleman, habla del Secuestro Emocional: en determinados momentos en los
que nos sentimos amenazados por algo (sea real o imaginado), la Amigdala (parte del
cerebro límbico) activa una ruta neuronal que va directamente a la alerta,
dejando "desactivado" el cerebro Neocortical durante un rato. Así
cuando percibimos que algo nos amenaza, se disparan nuestras alertas, nuestros
cerebros prehistóricos toman el poder e impiden que el cerebro racional sopese
la situación, vea si de verdad es una amenaza o no y tome decisiones sobre qué hacer.
El primero que apareció en la evolución es el cerebro Reptil. Este cerebro se encarga de los instintos básicos de la supervivencia (el deseo sexual, la búsqueda de comida y las respuestas agresivas tipo “pelea-o-huye”). Está continuamente en alerta, y es el que nos permite reaccionar rápidamente ante algo que puede resultar una amenaza (un coche que se acerca y nos va a pillar) o que él detecta como una amenaza (un jefe que no nos cae bien).
A continuación, apareció (rodeando al anterior), el cerebro Límbico, también llamado Cerebro Emocional. Aquí están los centros de la afectividad y es el que nos permite sentir y experimentar las emociones (tanto las positivas: alegría, gozar de la naturaleza, etc., como las negativas: temor, ansiedad, etc.). En este cerebro está también la memoria, que nos permite acumular información de las experiencias y ejerce gran influencia sobre nuestro comportamiento.
Y no hace más de un millón de años, apareció el cerebro Neocortical: los dos hemisferios cerebrales, que controla las funciones del pensamiento y el lenguaje y básicamente lo que nos permiten es sacar conclusiones y luego actuar sobre ellas mediante la toma de decisiones. Es el cerebro racional.
Estos tres cerebros coexisten en nosotros. Uno de los autores que más ha investigado sobre
Aplicación
de las neurociencias en la investigación de mercados.
MacLean, propone la
concepción de que un conjunto de estructuras neuronales funcionan como un
sistema que es fundamental en la determinación de las emociones en
el humano, ubicándolo alrededor de la frontera o borde entre el telencéfalo y el diencéfalo, de ahí el término límbico, en latín limbus
que significa “borde”.
Al determinar este sistema
límbico dentro de
una teoría que pretende explicar los procesos emocionales en todos los niveles
de complejidad, surge la hipótesis del
cerebro triuno o triple.
El cerebro paleomamífero, que comprende el sistema
límbico, conocido también
como el sistema de la emociones, constituido principalmente por el hipocampo,
cumple una función muy importante en el aprendizaje, la memoria y la amigdala,
que dispara el miedo ante ciertos estímulos y desempeña un rol activo en la
vida emocional. Agrega las experiencias actuales y recientes a los instintos
básicos mediados por el cerebro reptil. Este sistema permite que los procesos
de sobrevivencia básicos del cerebro reptil interactúen con elementos del mundo
externo, lo que resulta en la expresión de la emoción.
Un
buen ejemplo es como el instinto de reproducción interactuaría con la
presencia de un individuo con atributos atractivos (cultura) del
sexo opuesto, que provocarían sentimientos de deseo sexual.
El cerebro neomamífero, la cortex o neocorteza,
regula emociones específicas basadas en las percepciones e interpretaciones del
mundo externo. Sentimientos de amor hacia un individuo
particular serían un ejemplo de este tipo de emoción.
Según
MacLean, en los mamíferos avanzados como los humanos funcionan los tres
cerebros. En los mamíferos inferiores se dan los cerebros
paleomamífero y reptil. En los demás vertebrados solo existe el cerebro
reptil. Por lo tanto la evolución del cerebro paleomamífero (sistema
límbico) libera a los animales de la expresión estereotipada de los
instintos dictada por el cerebro reptil.
El
cerebro neomamífero añade mayor flexibilidad a la conducta emocional al darle a los mamíferos
superiores una conducta en procesos interpretativos complejos y
utilizar la solución de problemas y planteamientos a largo plazo en la
expresión de las emociones.
El entendimiento y manejo de esta teoría en la aplicación de la neuropsicología para
generar estímulos que permitan llegar a extraer la información, no solo del
córtex, sino llegar al cerebro reptil o al paleomamífero, en la metodología
cualitativa de investigación de
mercados, utilizando diferentes técnicas como las entrevistas de profundidad,
etnográficas o Focus Group, es fundamental si pretendemos hablar de un neuromarketing con
bases científicas.
“Podemos
afirmar que si queremos que la gente haga algo, tenemos que provocar el deseo
de hacerlo. La mejor manera de lograrlo es de una forma muy intuitiva: tú debes
de llevarlos por el camino, con preguntas, hasta que ellos mismos se den cuenta
de que necesitan el producto para cubrir cualquier tipo de necesidad”.
Resulta
interesante conocer que un tipo especializado de investigación de mercados en
este caso Neuromarketing, pueda navegar entre las emociones del consumidor y
obtener con éxito cuales son sus deseos, aprovechándose de lo que en realidad
no buscan, siendo forzados a comprar. Es fácil obligar a los consumidores a
comprar algo que realmente no necesitan.
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