Ni hemos vivido por
encima de nuestras posibilidades ni es cierto que no haya alternativas a la
crisis.
En los
últimos meses se están instalando en la conciencia colectiva dos asertos que
tienen la finalidad de preparar a la ciudadanía para que, por un lado, acepte
como inevitables las medidas económicas restrictivas que se pondrán en marcha
y, por otro, para que sienta que no hay otras soluciones posibles: “es lo que
hay”, o “es lo que toca”, es el mantra que repetimos sumisamente y es el primer
paso para autoconvencernos de que no hay respuesta posible. Lo que se está
consiguiendo es asustar a la población, retraer el consumo e impedir que aflore
deseo de cambio.
No es verdad
que hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades. Al menos no los
diecisiete millones de personas que vivimos de nuestro trabajo, los
pensionistas, los mileuristas, los cinco millones de parados, la mayoría de los
estudiantes, etc… Tampoco es verdad que no haya alternativas a esta forma de
superar la crisis, porque hay economistas y estudiosos que piensan que las
medidas actuales están hundiendo la economía real y que son posibles otras
medidas incentivadoras y fiscales, como se explica en el libro de los
profesores Navarro, Torres y Garzón, que se puede descargar en: http://www.attac.es/web/uploads/Hay-alternativas-web.pdf.
En el campo
de la sanidad, a partir de los análisis de datos que nos ofrece J. Simó en: http://saluddineroy.blogspot.com/2012/02/vivir-por-encima-de-nuestras_15.html,
se puede afirmar que durante los
años previos a la crisis el crecimiento del gasto sanitario público per cápita ha sido muy similar
al crecimiento del PIB, tanto en términos nominales como en términos reales. Este resultado respalda muy
escasamente que en sanidad pública hayamos “vivido por encima de nuestra
posibilidades”.
El gasto per cápita en
farmacia de receta es el único que claramente crece, tanto en términos
nominales como reales, muy por encima del PIB durante todo el periodo. Tanto
el gasto per cápita en
atención especializada como en atención primaria crecen igual o menos que
el PIB. Llamativo el decenio (1996-2006) durante el cual el crecimiento de
gasto en atención primaria es claramente inferior al crecimiento del
PIB. El gasto en atención especializada crece claramente por encima
del PIB a partir de 2005, muy probablemente influido por el
crecimiento del gasto en farmacia hospitalaria que, como sabemos, ha sido exponencial durante los
últimos años. Por lo tanto, si en alguno de estos tres sectores
funcionales hemos vivido “por encima de nuestras posibilidades” ha
sido clarísimamente en farmacia de receta. Y si en alguno hemos “vivido por
debajo de nuestras posibilidades” ha sido claramente en atención primaria.
En gasto de personal no "se ha vivido por encima de nuestras
posibilidades" en la sanidad pública, sino todo lo contrario: en gasto de personal es en lo que más
claramente se "ha vivido muy por debajo de nuestras posibilidades".
Por lo tanto, son mucho más injustos los recortes en los salarios del personal
que las reducciones de precios en farmacia de receta, que deberían ampliarse a
los precios de la farmacia hospitalaria.
En realidad
lo que está pasando es que el neoliberalismo no soporta que los servicios
públicos sean ofertados por el Estado de manera universal y gratuita cuando las
empresas del sector de los seguros, de la construcción, de la gestión de
servicios, etc…, podrían obtener enormes beneficios si se
considerasen un bien de consumo, una mercancía, en vez de un conjunto de
derechos sociales y una manifestación de la solidaridad.
A los poderes
económicos que están detrás de la privatización y de la fragmentación de la
prestación de servicios sanitarios no les importa que en España disfrutemos de
unos indicadores de salud equiparables a los de los mejores países del mundo
(esperanza de vida, mortalidad infantil, etc…); ni que el sistema sanitario
esté muy bien considerado por la población; ni que sea comparativamente barato,
en relación al coste del sistema sanitario de países de nuestro entorno. Esos
poderes, aprovechando la crisis económica, están sembrando en la sociedad la
duda sobre la viabilidad de nuestro Sistema Nacional de Salud. Afirman que no
podemos seguir manteniendo nuestra sanidad pública porque resulta muy costosa.
En realidad
esta opinión no es nueva. Ya en los años ochenta del siglo pasado, coincidiendo
con el apogeo de las ofensivas neoliberales, el Banco Mundial recomendaba a los
sistemas sanitarios trasladar a los usuarios los gastos en la utilización de
las prestaciones, ofrecer esquemas de aseguramiento para los principales
riesgos, incrementar la utilización de recursos privados y descentralizar los
servicios sanitarios públicos.
Deberíamos
extremar la vigilancia sobre los indicadores de salud y sobre la evolución del
coste de los servicios sanitarios, no vaya a ser que si continúa el
desmantelamiento de los servicios públicos vivamos situaciones como las que
afectaron a los estados del Este de Europa.
Luis Palomo
Cobos, Doctor en Medicina
Presidente de la
Red Española de Atención Primaria.
Leer el artículo completo:
http://www.globapp.org/resources/Ni+hemos+vivido+por+encima+de+nuestras+posibilidades+ni+es+cierto+que+no+haya+alternativas+a+la+crisis.pdf
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