29/12/12

Enseñanza del Séptimo Día

El último día de la fiesta de los Tabernáculos, Jesús está enseñando en la parte del templo llamada “la tesorería”, que se encuentra en la zona llamada el Atrio de las Mujeres, donde hay cofres para que la gente eche en ellos sus contribuciones.

Cada noche durante la fiesta hay un despliegue especial de iluminación, en esa parte del templo se instalan cuatro gigantescos candelabros, cada uno con cuatro fuentes grandes llenas de aceite. La luz de estas lámparas que queman aceite de las 16 fuentes, es lo suficiente fuerte como para iluminar los alrededores durante la noche. Lo que Jesús ahora dice quizás recuerde a los que le escuchan este despliegue de iluminación. “Yo soy la luz del mundo”, “el que me sigue, de ninguna manera andará en oscuridad, sino que poseerá la luz de la vida”.

Los fariseos objetan: “Tú das testimonio acerca de ti mismo, tu testimonio no es verdadero”.
Jesús responde: “Aunque yo doy testimonio acerca de mi mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de donde vine y adonde voy. Pero ustedes no saben de donde vine ni adonde voy”, “Yo soy quien doy testimonio acerca de mi, y el Padre que me envió da testimonio acerca de mi”
¿Dónde está tu Padre?, quieren saber los fariseos.
“Ustedes no me conocen a mi, ni a mi Padre -contesta Jesús-. Si me conocieran conocerían a mi Padre también”.
Aunque los fariseos desean arrestar a Jesús, nadie le toca.

“Yo me voy”, dice Jesús. “donde yo voy ustedes no pueden venir”.
Al oir esto, los judios empiezan a preguntarse: “Él no va a matarse, porque dice “donde yo voy ustedes no pueden venir”.
“Ustedes son las regiones de abajo -explica Jesús-, yo soy de las regiones de arriba. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo… Si no creen que yo soy ese, morirán en sus pecados”.
Por supuesto Jesús se refiere al hecho de que había existido antes de ser humano, y a que es el Mesías o Cristo prometido.
No obstante, ellos preguntan con gran desprecio: ¿Tú quien eres?
Ante el rechazo de ellos, Jesús contesta: “¿Para qué les hablo siquiera?”. Sin embargo les dice: “El que me ha enviado es veraz, y las mismas cosas que oí de parte de él las hablo en el mundo”. “Una vez que hayan alzado al Hijo del hombre, entonces sabrán que yo soy ese, y que no hago nada por mi propia iniciativa; sino que hablo de estas cosas asi como el Padre me ha enseñado. Y el que me ha enviado está conmigo, no me ha dejado solo porque yo siempre hago las cosas que le agradan”.

Cuando Jesús dice estas cosas, muchos ponen fe en él, y a estos dice: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos y conocerán la verdad, y la verdad los libertará”.

“Somos proble de Abraham -dicen sus opositores- y nunca hemos sido esclavos de nadie, ¿Cómo es que dices tú: Llagarán a ser libres?”.
Aunque frecuentemente los judios han estado bajo dominación extranjera, no reconocen como amo a ningún opresor. Se niegan a llamarse esclavos. Pero Jesús señala que en verdad son esclavos. ¿De qué manera?...”Verdaderamente les digo -dice Jesús-, todo hacedor de pecado es esclavo del pecado”.

El que los judios rehúsen admitir que son esclavos del pecado los pone en posición peligrosa. “El esclavo no permanece en la casa para siempre -explica Jesús-, el hijo permanece para siempre”. Puesto que un esclavo no tiene derechos de herencia, puede estar en peligro de que lo despidan en cualquier momento. Solo el hijo que realmente ha nacido como parte de la familia o ha sido adoptado permanece “para siempre”, es decir, mientras viva.
“Por eso, si el Hijo los liberta -continúa Jesús-, serán realmente libres”.
Como se ve, la verdad que liberta a la gente es la verdad sobre el Hijo, Jesucristo. Es solo mediante el sacrificio de su vida humana perfecta como se puede libertar a alguien del pecado mortífero. (Juan 8:12-36)

Durante la fiesta, la discusión de Jesús con los líderes judios se intensifica. “Yo sé que son prole de Abraham -reconoce Jesús-, pero procuran matarme porque mi palabra no hace progreso entre ustedes. Si son hijos de Abraham, hagan las obras de Abraham”. "En realidad el verdadero hijo imita a su padre, pero ahora procuran matarme, a un hombre que les ha dicho la verdad que oí de parte de Dios ...y... Abraham no hizo eso."
De modo que Jesús repite: "Ustedes hacen las obras de su padre”.
Todavía no comprenden de quién habla Jesús. Ellos sostienen que son hijos legítimos de Abraham: "Nosotros no nacimos de fornicación". Si afirman que son adoradores verdaderos como Abraham “Tenemos un solo Padre, Dios”. Pero ¿será verdad que Dios es su Padre? “Si Dios fuera su Padre -responde Jesús-, ustedes me amarían a mi, porque de Dios vine yo y estoy aquí. Tampoco he venido por mi propia iniciativa, no, sino de aquel que me ha enviado…y ¿por qué no saben ustedes de lo que hablo?”.
Jesús ha tratado de mostrar a estos líderes religiosos las consecuencias de que lo rechacen. Pero ahora dice directamente “Ustedes proceden de su padre el Diablo y quieren hacer los deseos de su padre”. ¿Qué clase de padre es el Diablo?, Jesús lo identificó como homicida y también dijo: “Es mentiroso y el padre de la mentira”. De modo que Jesús llega a esta conclusión: “El que procede de Dios, escucha los dichos de Dios. Por eso no escuchan ustedes, porque no proceden de Dios”. (Juan 8:37-59).
Fuente: El Nuevo Testamento (San Juan Evangelista)

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