Los experimentos utilizados en Neuromarketing en la experimentación de las Imágenes
por Resonancia Magnética Funcional, también son aplicados en el campo de
la información orientada al control de la conducta social con fines políticos.
Pero hay que aclarar que
estas técnicas de exploración y manipulación mental (orientadas a promover el
consumo) no inventan contenidos sino que simplemente detectan y potencian tendencias consumistas que el individuo tiene incorporadas
como esquema referencial de su existencia en sociedad.
Las técnicas
exploratorias indagan en las reacciones emocionales, en los miedos y
deseos, que los individuos tienen registrados en sus contenidos mentales y
psicológicos, de un sistema social (el capitalismo) que hace del consumo
de productos la principal vía de aceptación y realización social. Pero así como
estas técnicas permiten potenciar el consumismo de productos, también
(aplicadas en otras áreas) sirven para potenciar a escala masiva candidatos
electorales, proyectos políticos, reglas de conductas y normas sociales
impuestas por el sistema sobre la base del deseo de aceptación o el temor al
rechazo.
Por ejemplo, después de los
atentados en Londres, las cadenas televisivas y los grandes diarios titulaban:
"Catástrofe", "Los ataques terroristas en Londres
desatan el temor mundial", o "El terrorismo amenaza al mundo",
decían algunos titulares. Los titulares iban acompañados de imágenes catastróficas, con caos y terror reflejados en los
rostros de los que lograron escapar de los atentados en el metro de Londres.
Esas imágenes y titulares fueron repetidos hasta el infinito durante las
primeras veinticuatro horas, con las grandes cadenas trasmitiendo en vivo,
mientras los conductores y analistas recreaban sin cesar las consignas de "miedo al terrorismo".
Distintos experimentos con
técnicas de exploración cerebral en EEUU, demostraron que la recreación en
imágenes, titulares y sonidos de los actos terroristas producía reacciones de
miedo y rechazo paralizante en el cerebro de los participantes.
Sobre
la base de estos experimentos, se elaboraron luego las estrategias y las
consignas de la "guerra contraterrorista" impuesta a escala masiva
como un recurso aceptado y masivo para terminar
con la "amenaza terrorista". Sobre la base de la detección del
"miedo", se elaboró luego el producto "deseado" la
"guerra contraterrorista" vendida masivamente como la
"solución".
El
"terrorismo" no es un objeto diabólico del fundamentalismo islámico,
sino una herramienta de la
Guerra de Cuarta Generación que la inteligencia
estadounidense y europea vienen utilizando para justificar sus operaciones de
conquista militar, dividir al mundo árabe musulmán y controlar Medio Oriente, mantener y consolidar la alianza
USA-UE en el campo de las operaciones para derrotar a los talibanes en
Afganistán, consolidar la división y la ocupación de Irak, ocupar y controlar
Pakistán, lanzar operaciones militares de nuevas conquistas en África y en
Eurasia, justificar acciones militares contra Irán antes de que se convierta en
potencia nuclear, alimentar la "guerra fría" intercapitalista por
mercados, petróleo y recursos estratégicos con el eje Rusia-China, y
generar un posible segundo 11-S para distraer la atención de la crisis
económica global que ya ha derivado (por medio del desempleo) en crisis social
tanto en EEUU como en Europa.
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