5/5/15

Amok - Ira Ciega

Amok, significa “lanzarse furiosamente a la batalla”, es el término que se utiliza para denominar un síndrome cultural o ligado a factores culturales. Se trata de un trastorno en principio asiático, pues el nombre procede de la palabra Malaya “meng-âmok”, que significa “atacar y matar con ira ciega”, fue en ese país donde se observó por primera vez, aunque el trastorno también puede darse en cualquier lugar del mundo.
Según ha declarado la OMS, un Amok sería un episodio aleatorio, aparentemente no provocado, de un comportamiento asesino o destructor de los demás, seguido de amnesia y/o agotamiento, hace que la persona afectada corra alocadamente o armada y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a los seres vivos que aparezcan a su paso. A menudo va acompañado de un comportamiento auto-destructivo, llegándose incluso hasta el suicidio.

El Tratado de Psiquiatría de Freedman, señala que en los relatos épicos malayos del siglo XV, los ataques de Amok eran entendidos como reacciones naturales a la frustración, la provocación o la humillación. La creencia de una mágica posesión diabólica puede ser otro factor cultural que ha contribuido al desarrollo del síndrome Amok entre los malayos.
Con la llegada de la civilización y las administraciones occidentales, el síndrome aparecía con más frecuencia en la gente que sufría una enfermedad física crónica, trastornos gástricos y úlcera péptica. La persona afectada se mostraba a menudo melancólica unos días antes del ataque, y más tarde alegaba que el demonio había entrado en él y no recordaba nada.
Pero no solo el Amok es un síndrome psiquiátrico ligado a factores culturales: el koro, al latah, el wihtigo, el piblokto (de aparición entre los esquimales) y el vudú, son otras enfermedades asociadas a fenómenos de tipo cultural.
La escritora y profesora Inés Geisel afirma que se ha incrementado este tipo de actos en los últimos años debido a la difusión de los medios de comunicación ya que quienes padecen el síndrome de Amok, copian e imitan.

El diario alemán Bild, llamaba a Andreas Lubitz "El piloto Amok" por la tragedia de Germanwings, que cos la vida a 150 personas, 50 de ellas españolas.

Andreas Lubitz estaba "programado" desde hacía tiempo, en términos humanos estaba poseído por una entidad a través de la cual se le podía intervenir directamente cuando fuera necesario. Se trata de algo bastante común, aunque la mayoría de veces estos casos se catalogan como depresiones, enfermedades mentales o simplemente "le hemos hecho todas las pruebas pero no sabemos lo que le ocurre".

El sitio web alemán Speisa.com afirma que Andreas era un converso musulmán. Una mezquita radical en Bremen se encuentra en el centro de la investigación, en la que el converso se alojaba a menudo, según el digital lainformación.com

Desde Barcelona hasta Barcelonnette (Barcilona de Provença en occitano), en ese avión ocurrió algo muy extraño, y no es la primera vez que sucede.

Se precipitaron para taparlo todo rápidamente; la teatralizada descripción de los hechos, la baja médica, las declaraciones de su novia, las depresiones, las noticias contradictorias, etc. Y todo convenientemente filtrado por un medio ajeno a los países implicados, el New York Times.

Tampoco podían faltar los habituales desinformadores de la "conspiranoia", que forman parte del sistema y se apresuraron a lanzar sus interpretaciones (como la versión conspiranoica del rayo láser americano en pruebas) de gran utilidad para desviar la mirada de muchas personas que desconfían de la verdad oficial (disidentes muy listos a los que hay que controlar de manera alternativa) para crear en ellas la Disonancia Cognitiva y colaborar en la constante tarea de manipularnos.

Nos llama la atención un caso reciente en Barcelona, en el distrito de Sant Andreu (San Andrés - Andreas?), donde un chico menor ha matado con un cuchillo a un profesor y ha herido a otras cuatro personas en su instituto. Según la versión oficial, se trata de un brote psicótico, aunque sabemos que el chico lo había premeditado y tenía una lista con los nombres de sus víctimas.
Fuentes:

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