3/11/15

Cromlech de Soto (Huelva)

Reconstrucción del círculo calendárico-astronómico (Cromlech) que existía antes de erigirse el Dolmen de Soto (Huelva).

La más antigua representación gráfica de las tres estrellas del “Cinturón de Orión” podría hallarse en el conjunto de monumentos megalíticos conocido como Dolmen de Soto en Trigueros (Huelva).
Mil años antes que las pirámides de Guiza, un ancestro de los más antiguos onubenses representó el cinturón de la célebre constelación en un menhir-estela que formaba parte de un círculo calendárico-astronómico.

A mediados de los noventa, Robert Bauval y Adrian Gilbert, publicaron su ya legendario libro sobre la “Teoría de la Correlación de Orión” donde propusieron la hipótesis de que las tres grandes pirámides de Guiza podrían haber sido emplazadas de acuerdo a una representación de las tres más brillantes estrellas que conforman el cinturón de la constelación de Orión.
Si bien la hipótesis no es aún aceptada por la mayoría de los astrónomos, arqueólogos y egiptólogos, por parecerles una propuesta algo extraordinaria que requiere pruebas que no han sido aún aportadas y que puede, además, ser refutada con otros argumentos, sin duda alguna es mucho más popular que la hipótesis arqueológica académica o cualquier otra que explica la posición de las tres pirámides de modo menos complejo y de acuerdo a una simbología más apropiada y mejor conocida entre los egipcios, como por ejemplo, que representaban las tres montañas sagradas del Occidente o Amenti, tal como defiende el investigador y escritor Georgeos Díaz-Montexano en su libro “¿Pirámides en Iberia?”.
Para los antiguos egipcios, las tres montañas del Occidente o Amenti, era la sagrada morada del “Más Allá” donde las almas nobles de los difuntos justos y espíritus glorificados podían vivir en una especie de parajes fértiles y paradisíacos, que desde tiempos muy antiguos se representaba con un jeroglífico que consistía, precisamente, en tres montañas, cerros o colinas juntas.

Como explica Díaz-Montexano en el citado libro:
No debe ignorarse (aunque muchos lo siguen haciendo) que ninguna de las tes pirámides de Guiza tuvo un nombre de estrella. La de Kheops se llamaba “Pirámide del Horizonte (o de la Isla) del Espíritu Glorificado”, la de Khefren, “La Pirámide Grande” o “La Pirámide del Grande” (las dos interpretaciones serían igual de correctas), y la de Mykerinos, “La Pirámide Divina” o “La Pirámide de Dios”. Pero ninguna de las tres lleva el jeroglífico determinativo de nombre de una estrella o cuerpo astral, osea, el jeroglífico de la estrella de cinco puntas que obligatoriamente habría sido añadido a los nombres de cada una de estas tres pirámides si realmente hubieran tenido algo que ver con alguna estrella”.
 
El argumento es sólido. Es creíble. Ahora bien, el contexto es muy importante. De hecho, es fundamental, y en este sentido es que quiero presentar una propuesta igual de sugerente, pero con un mejor contexto, es decir, dentro de un contexto más que adecuado para una hipótesis de tipo arqueoastronómica. Me refiero a la que podría ser la más antigua representación de las tres mismas estrellas brillantes del cinturón de Orión, que de izquierda a derecha, observando desde la tierra cuando la figura del cazador Orión está de pie, desde las dos más grande a la más pequeña son: Alnitak, Alnilam y Mintaka. Siendo la más brillante en realidad la segunda, Alnilam, la que está en el medio. Las tres estrellas del cinturón son claramente visibles por las noches (sin necesidad de telescopio) entre mediados de noviembre y finales de mayo de cada año”.
Tal representación -según Díaz-Montexano- fue grabada al menos unos unos mil años antes de que se construyeran las tres grandes pirámides de Guiza en un menhir-estela de un cromlech o círculo calendárico-astronómico erigido en el Dolmen de Soto, en el término municipal de Trigueros, en algún momento del Neolítico hace más de 5.000 años.
La posición de los tres círculos del menhir-estela del cromlech calendárico-astronómico del Soto se corresponde con la que presenta la constelación de Orión en las noches de invierno, especialmente a partir de la medianoche y hasta el amanecer, en dirección suroeste, o sea, en la misma dirección de la puesta del sol en el solsticio de invierno.
 
Tal menhir-estela fue después reutilizado como bloque para uno de los laterales de la galería que conducen a la cámara funeraria central de la “proto-pirámide tumular cónica” del “mal llamado Dolmen de Soto”. En dicho menhir-estela puede verse claramente tres círculos que fueron representados casi del mismo modo en que un ser humano podía observar a simple vista desde la tierra las tres estrellas brillantes del cinturón de Orión, con esa peculiar característica de la estrella de la derecha (Mintaka), representada algo más apartada de las otras dos y fuera del eje de las mismas. Esta peculiaridad puede considerarse el verdadero DNI de cualquier representación del cinturón de esta constelación. Y no parece casualidad alguna que justo tras este menhir-estela se enterrara a un individuo de la comunidad que erigió la posterior “pirámide tumular”, cuyo túmulo o cono erigido encima de la galería y cámara adinteladas, sin ninguna duda debió ser muchísimo más alto que lo que hoy se conserva tras cientos de años de posterior explotación agrícola” explica Georgeos Díaz-Montexano.

Es la primera vez que alguien reporta que estos tres grandes círculos de este menhir-estela puedan ser una representación del cinturón de Orión, otras cazoletas más pequeñas junto con algunas lineas grabadas en otro menhir-estela del mismo cromlech de Soto, reutilizado en la construcción de la “pirámide tumular” posterior, han sido interpretados como una representación de toda la constelación de Orión.
Según la onubense Asociación Astronómica Andrómeda que llevado a cabo un trabajo de investigación arqueo-astronómica con aportaciones más que interesantes, se trataría de un mapa celeste donde entre otros asterismos se puede observar el cinturón de Orión. http://asociacionandromeda.blogspot.com.es/2013/09/arqueoastronomiadolmen-de-soto.html

Video de animación sobre cómo creen los arqueólogos que se erigió el monumento y algunos otros aspectos relacionados con su función funeraria y simbólica.

Sobre el autor y su libro ¿Pirámides en Iberia?

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