Entrevista con Daniel Lumera,
investigador de los efectos terapéuticos de la luz solar.
La Fundación Internacional
de Osteoporosis ha publicado un artículo cuyos datos demuestran que la vida
moderna –siempre delante de un ordenador o del televisor– hace que un gran
número de personas muestre una grave carencia de vitamina D.
El sol y su luz, es un manantial de salud
que no utilizamos.
¡Pero si el sol provoca cáncer de piel!
El problema no es el sol, sino nuestra
relación con él. Vivimos diez meses encerrados con luz artificial y después nos
ponemos un mes bajo un sol de justicia un montón de horas diarias.
El sol sintetiza la vitamina D, que sirve
para fijar el calcio en los huesos, previene los resfriados, las enfermedades
autoinmunes y el asma. Protege el corazón, regula el buen funcionamiento del
hígado y los intestinos, ayuda a no engordar...
¿Ah, sí?
Sí, regula los impulsos de hambre, sed y
sueño. La vitamina D está relacionada con el correcto desarrollo muscular en la
adolescencia y la formación regular de colesterol; refuerza el sistema
nervioso, el inmunitario, la resistencia física, la capacidad de atención y
aprendizaje.
Aumenta la producción de testosterona en
el hombre y de progesterona en la mujer.
¿Entonces aumenta la líbido?
Sí, y las capacidades reproductivas;
mejora la circulación epidérmica (acción reafirmante); tiene efectos
terapéuticos en artritis, reumatismos y artrosis, mejora la visión...
Los expertos recomiendan no salir a la calle sin crema protectora.
Hay que prevenir el cáncer de piel, pero... ¿se tiene en cuenta la reducción de
la vitamina D y todas las enfermedades que derivan de su carencia a causa de la
falta de contacto de la luz sobre la piel?
El exceso de luz artificial tiene el
mismo efecto que una mala alimentación: palidez, apatía, tendencia a la
depresión y reducción de la energía vital, y de la eficacia del sistema
inmunitario, además de una tendencia a engordar, como ya he dicho.
¿Entonces?
Hay que tomar el sol todos los días del
año 15 minutos, o la luz cuando no hay sol directo. Por supuesto, evitar el
exceso en verano y seguir pautas como no exponerse en las horas de mayor
incidencia.
La puesta y la salida del sol son dos
excelentes momentos, porque la radiación solar es inferior a la de un
televisor, y la acción terapéutica es igual de profunda y eficaz. Se ha
publicado un estudio en Italia interesante.
Durante 10 años registraron los efectos
de sol en el norte y en el sur de Italia. El resultado es que en el sur de
Italia, donde la gente está más expuesta al sol y hay cuatro puntos de
radiación solar anual superior que en el norte, la gente ha enfermado de cáncer
de piel un 50% menos que en el norte.
Yo afirmo que las diferentes frecuencias
de la luz solar albergan información para nuestra salud, bienestar y evolución.
El bioquímico Fritz-Albert Popp demostró
con su teoría de los biofotones que somos luz y estamos hechos de luz, lo que
ya la Cábala dijo
hace 4.000 años. Según Popp la luz es portadora de información y mensajes que
son capaces de modificar la actividad de la materia.
Explíquemelo.
Nuestras células comunican entre ellas y
con los otros organismos mediante impulsos de luz. No son sólo puntos de
reflexión, sino que también son centros de emisión de luz, como lo es en la
escala macro el sol.
¿Nuestras células emiten fotones?
Biofotones, que regulan todos los
procesos enzimáticos celulares y mantienen el cuerpo saludable. Nuestras
células comunican a través de la luz gracias al ADN, que funciona como una
antena de transmisión de estas ondas electromagnéticas. El ADN recibe y
retransmite, permitiendo a las informaciones y a las frecuencias luminosas
circular interna y externamente de un organismo. Hay un experimento increíble.
¿Muy increíble?
Pusieron dos vasos de sangre aislados por
un cristal que no alteraba la frecuencia de la luz solar. En uno pusieron un
agente patógeno, y la sangre produjo anticuerpos. Al cabo de una hora, el
segundo recipiente también los produjo. Luego interpusieron un vidrio que
alteraba la frecuencia de la luz solar.
Y el segundo vaso no produjo anticuerpos...
Exacto, y esto significa que la luz es
capaz de transmitir una información, sobre todo a través de los rayos UVA y UVB
(los ultravioleta). Ya ve, antes de dialogar con química, pensamientos y
emociones, dialogamos a través de nuestra luz. Hay un idioma contenido en la
luz capaz de influenciar nuestro metabolismo celular, nuestras ideas, nuestras
emociones y los acontecimientos que nos ocurren.
Eso es mucho decir.
Lo que nos ocurre es un producto de la
información que emanamos y que está contenida en nuestra luminosidad: eso es lo
que yo llamo el código de la luz.
Fuente:
Aprendió de las abuelas,
últimas representantes del matriarcado sardo, a entender el sol como modelo y
medicina y decidió investigar. En “El código de la luz” (Obelisco), analiza el
poder terapéutico de la luz solar y recoge casos documentados de autotrofia,
personas que han vivido sin comer, nutriéndose de la luz. Uno es el doctor
Werner, director de una clínica oncológica, que desde el 2001 sólo ingiere
líquidos.
No tengo explicación… dice,
quizá la energía de la luz y la materia sean intercambiables. Científicos del
hospital Sterlin de Ahmedabad tuvieron en observación a Prahad Jani, indio de
78 años que dejó de comer y beber a los 8 años. Hay declarados más de 3.000
casos, pero pocos estudios.
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