21/12/11

Quimioterapia

EL GAS MOSTAZA

Uno de los fármacos usados para la quimioterapia es conocido como mostaza de nitrógeno y fue obtenido a partir del Gas Mostaza, originalmente concebido para usarse como gas venenoso en la Primera y Segunda Guerra Mundial.

El gas mostaza se utilizó hasta que se firmó el protocolo de Génova en 1925. El protocolo de Génova es un acuerdo entre los países que prohíben el uso de gases venenosos y armas bacteriológicas.

A continuación, un artículo sobre la mostaza de nitrógeno.

La mostaza de nitrógeno es un componente usado para armas químicas. Es un compuesto resultado del gas mostaza usado en la Primera Guerra Mundial del cual se sustituyó el sulfuro por nitrógeno.

Debido a su capacidad para destruir células, se comenzó a emplear para la quimioterapia, tratamientos para la leucemia y linfomas. Gracias a que su base cloroetílica es capaz de alquilizar el ADN, tiene un efecto anticancerígeno al impedir la formación de ácido nucleico. 
El gas mostaza:
Tiene intenso olor a azufre, no se disuelve fácilmente en agua, pero si en aceite,  es altamente tóxico.

Por las propiedades mencionadas anteriormente, era complicado su uso como arma química. Por tal razón, después de la Primera Guerra Mundial, varios países trabajaron en mejorar la calidad del gas mostaza y finalmente Alemania y Estados Unidos lo lograron prácticamente de manera simultánea.

El 2 de diciembre de 1943, Alemania bombardea el puerto italiano de Bari, una importante base de suministros para los aliados y hunde 16 barcos. Uno de ellos llevaba un gran cargamento de gas mostaza el cual al derramarse se mezcló con el aceite del barco provocando severos daños a los tripulantes del mismo que habían logrado salvarse. A la mañana siguiente, varios soldados tenían serias lesiones en ojos y piel, y otros presentaron casos de disminución en la presión e irrigación sanguínea, así como en el nivel de glóbulos blancos.
Como resultado, 83 soldados de los 617 expuestos al gas fallecieron, algunos durante los primeros días por los efectos inmediatos del gas y el resto a los 8 ó 9 días debido a la disminución de glóbulos blancos.

Al ser notificados de este acontecimiento, el ejército estadounidense consideró que el gas mostaza y la mostaza de nitrógeno podían ocasionar mutaciones al igual que los rayos X, por lo que los usaron como tratamiento experimental para combatir los linfomas para los cuales sólo existían los rayos X como única alternativa de tratamiento de aquel entonces. Después de obtener resultados positivos con ratones, en 1946 se experimentó usando un clorhidrato recién desarrollado en un paciente con cáncer terminal. Durante 10 días se le dieron infusiones de este componente y a partir del segundo día el tumor comenzó a disminuir y desapareció a las 2 semanas. Los efectos secundarios fueron daños a la médula ósea la cual se recuperó al cabo de unas semanas, sin embargo el tumor reapareció y el paciente finalmente murió. Es decir, usaron contra el cáncer algo que originalmente era un gas venenoso creado para matar personas.

En 1949, el profesor Morizo Ishidate de la Universidad Imperial de Tokyo en conjunción con el profesor Tomizo Yoshida de la Universidad Imperial de Tohoku, con el propósito de disminuir la toxicidad de la mostaza de nitrógeno, disolvieron el clorhidrato en una solución de bicarbonato de sodio y lo oxidaron con hidrógeno hiperácidificado para combinar la mostaza de nitrógeno con óxido de nitrógeno disminuyendo así la mitad de su toxicidad. El clorhidrato de este componente comenzó a venderse en Japón como remedio contra los tumores como Nitromin.

En Alemania, de la misma forma se comenzó a desarrollar la ciclofosfamida a partir de la mostaza de nitrógeno lo cual le robó mercado al nitromin.
A partir de la mostaza de nitrógeno también se desarrollaron el quilorambucil, melfalan, uracil mostaza, etc. los cuales se continúan comercializando.

El gas mostaza se sigue usando bajo el nombre de Endoxan para combatir los siguientes tipos de cáncer: mieloma múltiple, linfomas, cáncer de pulmón, de seno, de útero, de ovario, de estomago, de faringe, de vejiga, de hígado, de colon, de testículo,melanoma,etc.

Este componente actúa matando las células cancerosas al mismo tiempo que las sanas, las cuales son mucho más vulnerables y por lo tanto mueren primero dando como resultado la muerte del paciente, lo cual fue el objetivo original de dicho componente como ya hemos podido observar.

Las células cancerosas también son conocidas como células inmortales pues nunca mueren. El telómero de estas células permanece por siempre y jamás envejece. Con rivales como estos, las células saludables, destinadas de cualquier forma a morir algún día, no tienen ninguna oportunidad de competir.
Por las razones anteriores, es posible decir que por más que el paciente resista la crudeza de la quimioterapia y todo el sufrimiento derivado del cáncer, por más que luche y luche, es realmente difícil que pueda vencer a las inmortales células cancerosas, ya que las células  sanas que son mucho  más  vulnerables  irán   muriendo  poco a poco a causa de la quimioterapia y se acabarán junto con la vida del paciente.

Con todo esto entonces, ¿por qué se debe utilizar contra el cáncer un fármaco que fue originalmente creado para ser un gas venenoso tan letal?
Porque si la industria farmacéutica le dice al médico: "este medicamento funciona contra este tipo de cáncer y basados en diversas pruebas clínicas durante muchos años ha adquirido la licencia por parte del Ministerio de Salud para ser usado por lo que puede usted recetarlo con confianza" el médico le creerá ciegamente.
El médico quiere salvar la vida del paciente a como dé lugar, y al ser invadido por la duda sobre cual medicamento usar en cánceres calificados de incurables acepta como verdad lo recomendado por la industria farmacéutica y receta el nuevo producto.

Sin embargo, al administrar la quimioterapia, el paciente pierde el cabello, el apetito, y es acosado por constantes náuseas y vómitos hasta que al final entra en una condición crítica por lo que el médico suspende el tratamiento antes de concluirlo. 
El cáncer, por supuesto, llega a reducirse o incluso a verse como si hubiese desaparecido, pero la realidad es que el hongo no se reduce ni desaparece.

En casi todos los casos, el hongo no hace más que trasladarse a otro lugar y ponerse en estado de espera. El paciente ya en un estado visiblemente precario, al ver que el cáncer ha disminuido celebra, pero al comenzar su organismo a recuperarse y a reparar las células dañadas durante varios meses, el cáncer vuelve a expandirse. Lo que significa que el paciente se recupera al mismo tiempo que el cáncer, lo cual es lógico pues ambos tipos de células pertenecen al mismo organismo.

El paciente entonces, de la misma forma que antes, vuelve a someterse a la quimioterapia por recomendación del doctor. Sin embargo, ahora el cáncer se ha vuelto más resistente y ahora antes de que las células cancerosas se reduzcan las células sanas comienzan a destruirse rápidamente hasta acabar con la vida del paciente. Sin embargo, tanto el médico que creyó en el Ministerio de Salud como este último, están libres de toda culpa.
Dr. Tullio Simoncini

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